Accidentes urológicos en gineco-obstetricia. Pinar del Río. 2001-2004
ARTÍCULO ORIGINAL
Accidentes urológicos en gineco-obstetricia. Pinar del Río. 2001-2004
Urologic accidents in gynecology and obstetrics
Pedro Ricardo Hernández
Campo1, Tadeo Miguel Ferreiro
Valdés2, Alfonso Acosta
Fuentes3, Ihosvany Baños
Hernández4, Yaumara Márquez
González5
1Especialista de I Grado en Medicina General Integral y en Urología. Instructor.
Hospital Docente Clínico Quirúrgico "León Cuervo Rubio". Pinar del Río.
2Especialista de I Grado en Urología. Asistente. Hospital Universitario "Abel
Santamaría Cuadrado". Pinar del Río.
3Especialista de I Grado en Medicina General Integral y en Urología. Asistente.
Hospital Docente Clínico Quirúrgico "León Cuervo Rubio". Pinar del Río.
4Especialista de I Grado en Urología. Instructor.Policlínico Universitario "Hermanos
Cruz". Pinar del Río.
5Licenciada en Enfermería. Instructora. Hospital Docente Clínico Quirúrgico "León
Cuervo Rubio". Pinar del Río.
RESUMEN
La cirugía ginecológica es la causa mas frecuente de accidentes urológicos en los Estados
Unidos y en muchos otros países desarrollados en el mundo y la vejiga es el sitio más común
de lesión del tractus urinario durante la cirugía ginecológica. En Gineco-obstetricia se
cometen varios accidentes quirúrgicos que se convierten posteriormente en patologías urológicas
que para su resolución la mayoría tienen que ser a través del acto quirúrgico. Se realizó un
estudio longitudinal retrospectivo de enero del 2001 a diciembre del 2004 de todas las pacientes
que habían sido atendidos en el servicio de Urología General del Hospital Universitario Abel
Santamaría Cuadrado de la provincia de Pinar del Río por presentar patologías urológicas producto
a intervenciones Gineco-obstétricas. Los resultados fueron expresados en tablas y a las
mismas se le aplico Chi Cuadrado. Encontrando como principales resultados las fístulas
vesico-vaginales como las principales patologías accidentales en histerectomías abdominales y vaginales, la ubicación de las fístulas eran a nivel post-trigonal, la mayoría se repararon a través de la fistelectomia abdominal con muy pocas complicaciones post-quirúrgicas.
Palabras claves: ACCIDENTES, FÍSTULA VESICO-VAGINAL.
ABSTRACT
The gynecological surgery is the most frequent cause of urologic insults in the United
Status and in many other developed countries in the world and the bladder is the most common site
of insults in the urinary tract during gynecological surgical procedure. During the procedure
several surgical insults take place which will further become urologic pathologies whose solution is
only posible through surgery. A longitudinal and retrospective study was carried out, from
January 2001 to December 2004, with all the patients being assisted by the General
Urologic Department at Abel Santamaría Cuadrado University Hospital in Pinar del Río
Province. These patients had urologic pathologies because of gyneco-obstetric surgical
procedures. Results were shown in tables and these tables were applied chi-square test. The main
results included vesico-vaginal fistulas as the chief pathological insults in vaginal and
abdominal hysterectomies. The location of the fistulas were at post trigonal level, most of them
were restored through abdominal fistulectomy with very rare post-surgical uneventful experiences.
Key words: ACCIDENTS, VESICO-VAGINAL FISTULAS.
INTRODUCCIÓN
La mayoría de los accidentes urológicos iatrogénicos se deben a un traumatismo obstétrico
o quirúrgico. Hasta el siglo XVII estos, principalmente las fistulas vesico-vaginales se
consideraba una condición irremediable. Los esfuerzos prácticos apuntaban a la elaboración de
recipientes para recoger la orina, de modo que la vida de la mujer fuera mas
tolerable.1
El primer intento real de reparar quirúrgicamente estos, especialmente una fístula
vesico-vaginal fue llevada a cabo por H. Van Roonhuyse, un holandés cuya contribución estaba
muy adelantada para su época esto fue en 1676 y en 1675 se le acredita a Johann Fatio
la realización de la primera reparación exitosa de una fístula
vesico-vaginal.2-3
En los Estados Unidos, los sucesos urológicos que se producen durante actos quirúrgicos
se deben principalmente a lesiones obstétricas, accidentes quirúrgicos (sobre todos los que
ocurren durante histerectomías abdominal total o vaginal) a la extensión de un carcinoma de cervix o
a la radioterapia para el tratamiento de esta enfermedad. La mayoría de las fístulas
vesico-vaginales eran resultado de lesiones obstétricas, pero la mayoría de los métodos obstétricos
ha reducido su ocurrencia en muchos países. Sin embargo, todavía son comunes en los países
en desarrollo, sobre todo en África y Asia donde ocurren o se ven expuestos a trágicas
circunstancias sociales y médicas. Las fístulas vesico-vaginales son todavía una causa importante
de preocupación en muchos países en
desarrollo.1,4
Al realizar una operación ginecológica, en especial por enfermedad pelviana extensa a
través de una incisión pequeña, la vejiga, el uréter y las estructuras adyacentes corren el
mayor riesgo de ser lesionadas.1-3,5
Las medidas más importantes para reducir mas la incidencia y morbilidad de los
traumatismos urológicos en Gineco-obstetricia es que se deben aportar hacia técnicas apropiadas de
operación ginecológica, en especial la histerectomía abdominal y vaginal total y hacia el
reconocimiento inmediato y la reparación de la lesión vesical en el curso de la operación.
Esta investigación se realiza con el objetivo de determinar cuales son los accidentes
urológicos post-quirúrgicos en ginecobstetricia más frecuentes, así como la edad que tenían estas
pacientes, como ver el proceder quirúrgico en que este se produjo, por que vía se llego a la resolución
del mismo y las complicaciones post-quirúrgicas, para determinar porque el aumento de
estas patologías en el servicio de urología.
MÉTODO
Se realizó un estudio longitudinal retrospectivo desde el 1ro de enero de 2001 al 31 de
diciembre del 2004 en el Hospital General Docente Abel Santamaría Cuadrado de la provincia de Pinar
del Río.
El universo de esta investigación estuvo integrada por todas las pacientes que asistieron
a consultas de Urología con el diagnóstico de fístulas vesico-vaginales,
uretero-vaginales, hidronefrosis unilateral o bilateral después de haber sido intervenidas quirúrgicamente por los
servicios de gineco-obstetricia o hayan parido en igual periodo.
La muestra estuvo integrado por todas las pacientes que se atendieron en consultas
externas del Hospital, al igual que aquellas que habían sido ingresadas en el servicio de Urología
con patologías accidentales o post-quirúrgicas provenientes de los diferentes servicios de
Gineco-obstetricia de dicha área en el período abarcado.
En dicha investigación se revisaron las historias clínicas extrayendo de esta los
siguientes datos:
- Edad.
- Patología urológica presentada.
- Proceder Gineco-obstétrico realizado.
- Ubicación de la lesión en el tractus urinario de la patología urológica más frecuente.
- Proceder médico-quirúrgico resolutivo.
- Complicaciones de los procederes médicos empleados.
Se revisaron los temas propios y los datos recopilados se llevaron a tablas de contingencia y
en un caso se expresó mediante un grafico, se le determinó porcentaje en cada caso, así como
la los intervalos de confianza en 95% para dichos porcentajes. Para identificar la relación
entre variables cualitativas se realizó la prueba de Chi cuadrado (X²) de independencia, fijando
un nivel de significación de 0.05 en una de las tablas, las demás se expresaron en porcentaje.
RESULTADOS
La tabla 1 nos muestra los accidentes urológicos en gineco-obstetricia y en que edad estos
se produjeron con mayor frecuencia, siendo más frecuentes en las edades entre 26 a 35 años
con 11 pacientes que representan el 36,7 %.
En la tabla 2 se representan las patologías urológicas por las que estas pacientes acudían
a consulta destacando las fístulas vesico-vaginales con 19 féminas para un 63,4 % y seguidas
d la hidronefrosis unilateral con 9 pacientes para un 20 %.
En la tabla 3 relacionamos el proceder gineco-obstétrico que durante la misma ocasionó
la patología urológica, destacando la histerectomía abdominal con 11 casos, de ellas
destacando 6 casos de fístulas vesico-vagina, 2 pacientes con fístulas uretero-vaginal y 2 con
hidronefrosis, por ultimo 1 con anuria obstructiva.
En el grafico 1 relacionamos la ubicación de la patología más frecuente, en este caso
las fístulas vesico-vaginales destacando su ubicación en la vejiga (Post-Trigonal) para un 63,1
% con 12 pacientes.
La tabla 4 nos dice el proceder médico-quirúrgico que se empleo para la resolución de
la patología, y las complicaciones presentadas donde vemos que primó la fistelectomia
abdominal en 13 casos para un 43,3 %, seguida de la reimplantación ureteral con 7 pacientes para un
13,3 % y notamos la recidiva de las fístulas en 2 pacientes intervenidas quirúrgicamente por la
vía de la fistelectomia vaginal de un total de 4 pacientes, esto representa un 50 % y la
aparición del reflujo vesico-ureteral en la reimplantación de uréter que de 7 pacientes 3
presentaron dicha patología que represéntale 42,8 % del total de las reimplantaciones.
DISCUSIÓN
Muchos de los autores plantean en sus investigaciones que la edad máxima de presentar
estos trastornos es a partir de los 22
años,1 lo que concuerda con este trabajo, otros dan un
rango muy amplio para estas patologías que va desde 17 hasta 70 años con una edad promedio
de 35.2-3
De las patologías urológicas encontradas en esta investigación sin lugar a dudas las
fistulas vesico-vaginales ocupan el lugar de relevancia lo que coincide con toda la literatura
revisada, la cual plantea que la cirugía ginecológica es la causa más frecuente de fístula vesico vaginal
en los Estados Unidos y en muchos otros países desarrollados en el mundo y la vejiga el
sitio más común de lesión del tractus urinario durante la cirugía
ginecológica.4
Las fistulas vesico-vaginales sigue siendo un problema de salud pública mayor en el mundo
en vías de desarrollo. Encima de 80% de resultado de los casos son abandonados, y la
condición puede seguir 1 por 1000 pacientes, con una incidencia mundial anual de 500,000 casos. Se
revisan los principios de investigación y tratamiento de esta patología, aunque las estrategias
internacionales apuntan que la prevención es mucho más importante. Las estrategias
mucho incluyen reconocimiento gubernamental de las fístulas como una preocupación de salud
pública mayor, ya que mejora el estado de las mujeres en la sociedad, y sus servicios
económicos.5
Las fistulas vesico-vaginales son todavía una causa importante de preocupación en
muchos países en desarrollo.4,6-8
Las hidronefrosis bilaterales como unilaterales siendo las primeras mucho menos
frecuentes pero mucho mas graves que las ultimas. La lesión ureteral unilateral en una paciente
con función renal ausente o escasa del riñón contra lateral es mas grave. Estas son casi
siempre por realizar una operación ginecológica, en especial por enfermedad pelviana extensa a
través de una incisión pequeña, entonces la vejiga, el uréter y las estructuras adyacentes corren
el mayor riesgo de ser lesionadas y provocadas
estas.4,6
En este trabajo la mayoría de las patologías que produjeron accidentes urológicos fueron
las intervenciones ginecológicas destacando las histerectomías abdominales y las vaginales,
en algunos investigaciones revisadas se plantea que el uso uniforme de las histerectomías totales
en lugar de las subtotales ha dado como resultado un aumento de las fistulas
post-operatorias.4
En los Estados Unidos aproximadamente un ¾ partes de las fistulas vesico-vaginales
son pequeñas en la bóveda vaginal que aparecen después de una histerectomía abdominal total
o vaginal por enfermedades benignas.4
La contribución de Latzko ha sido grande y en los últimos años su valor ha ido en
aumento porque la cantidad de fístulas se ha incrementado desde la introducción de la
histerectomía total, muchos otros, entre ellos. Garlock, Ingelman-Sundberg, Martins, Bartiaanse y
O´connor, han aportado técnicas especiales para la reparación de las fistulas
vesico-vaginales.4
Lec y colaboradores informó sobre el origen de las fístulas observada en 190 casos en la
Clínica de Mayo entre 1970 y 1985 de 132 pacientes ocurridos después de histerectomía abdominal,
20 después de histerectomía vaginal y 4 después de histerectomía radical, 3 después de
reparaciones vaginales, 5 posterior a cesárea, 6 después de cesárea e histerectomía, 8 después del
parto con fórceps, 6 después de un tratamiento y fulguración y 6 después de un tratamiento
radiante.4
Otros autores plantean que la mayoría de las fístulas vesico-vaginales son resultado
de lesiones obstétricas sobre todo en los países
subdesarrollados.7-10
En esta investigación se plasma el sitio más frecuente de localización de las fístulas
vesico-vaginales donde se coincide con toda la literatura revisada al respecto, los que plantean
que las fístulas pueden localizarse en cualquier punto a lo largo de la pared vaginal anterior e
incidir en cualquier punto o toda la base de la vejiga y la uretra, pueden ser únicas o
múltiples.4
Las fístulas altas con el útero en situ pueden ser de origen obstétrico y pueden incluir el
borde anterior de la cervix, las fístulas altas siempre son supratrigonales, es decir situadas por
encima del reborde interureteral, las fístulas medio vaginales pueden ubicarse por debajo del
reborde interureteral a colporrafia anterior, las obstétricas pueden estar localizadas en el cuello de
la vejiga y parte superior de la uretra.4,11-14
Son mínimas las complicaciones presentadas en todos los trabajos revisados en cuanto
al tema, una vez tratados médicos quirúrgicos estas patologías presentan las mínimas
dificultades para su resolución.15-18
Concluyendo podemos decir que la patología urológica mas frecuente fue la fístula
vesico-vaginal, el proceder Gineco-obstétrico donde más accidentes urológicos hubo fue en
las histerectomías por vía abdominal El proceder médico quirúrgico realizado para la resolución
de dichos accidentes fue la Fistulectomia por vía abdominal. Existiendo mínimas complicaciones
en cada una de las intervenciones practicadas.
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Recibido: 10 de enero de 2005
Aprobado: 28 de septiembre de 2005
Dr. Pedro Ricardo Hernández Campo. Calle Recreo. No. 54 e/Maceo y Máximo Gómez.
Pinar del Río. Cuba.
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