Rev. Ciencias Médicas. Noviembre-diciembre,
2015; 19 (6):991-993
Entrega de guardia, ¿la joya perdida de la
educación en el trabajo?
On duty change report, is it the jewel loss of
education at work?
Adalberto Fortún
Prieto
Especialista de Segundo Grado en Medicina Interna.
Profesor Auxiliar y Consultante. Máster en Longevidad Satisfactoria.
Presidente del Capítulo Pinar del Río de
Al Director:
La educación
en el trabajo en sus diversas variantes es la forma fundamental de la
enseñanza en la educación médica cubana y garantía
de la calidad de nuestros egresados, lo que implica que su utilización
inadecuada repercute negativamente en la preparación del estudiante de
medicina.
La guardia
médica es una de estas actividades, que, por sus características
reviste particular importancia constituyendo el escenario donde los alumnos
comienzan a entrar en contacto con el paciente grave o en fase aguda de la
enfermedad y adicionalmente es una situación en la que generalmente no
existe una definición diagnóstica, por lo que la
aplicación del método clínico con el ejercicio eficiente
del interrogatorio y del examen físico del paciente son en ella, un
componente esencial del trabajo que permite el desarrollo de las habilidades
diagnósticas bajo la dirección del profesor responsable de esta.
La entrega de
guardia es una de las actividades docentes de la educación en el trabajo
y como culminación de esta, asegura la consolidación de los
criterios diagnósticos seguidos con los pacientes que fueron atendidos
durante ella y es un momento del trabajo médico en el que se
evalúa la calidad del ejercicio diagnóstico y terapéutico
realizado con los enfermos ingresados ante el jefe del servicio que
frecuentemente es el profesor principal de la disciplina.
La entrega de
guardia de los servicios es la actividad que da inicio al trabajo asistencial y
docente; es además el momento en que se debaten las estrategias a seguir
con cada enfermo ingresado durante la guardia que finaliza. No es posible
realizar la entrega de guardia sin la presencia de todo el personal que la
realizó (incluye a los estudiantes) en presencia del jefe de servicio.
En la actualidad existen un número de dificultades que limitan la
realización con calidad de esta importante actividad y lesionando
gravemente su función docente, principalmente para los estudiantes de
pre-grado.
La hora de inicio y
su duración interfieren con el normal desarrollo de la labor asistencial
y docente de los servicios, el abordaje de temas no médicos ni
relacionados con la guardia saliente, la utilización de ese espacio para
impartir actividades académicas que tienen prevista su
realización en otros momentos y la presencia de personal que no ha
participado en ella, muchas veces no relacionado con la actividad
médica, lesionan el carácter asistencial de esta e impide
realizar la labor docente y educativa para la que está diseñada,
de la que se benefician predominantemente los estudiantes e internos que cursan
la estancia.
De hecho, no es
excepcional que algunos (la mayoría) de los servicios hayan decidido
excluir la presencia de los alumnos de sus entregas de guardia,
convirtiéndose esto en una violación de su metodología y
representa una aceptación tácita de que se trata de una actividad
que para estos carece de suficiente validez.
El prolongado
tiempo que se utiliza en las entregas de guardia impide el análisis
detallado de las situaciones clínicas complejas ocurridas durante esta
que se debe acompañar de un detallado intercambio de opiniones por todos
los miembros del servicio, lo que limita la calidad del trabajo asistencial con
los pacientes y junto a ello la posibilidad de convertirla en un momento
útil para el aprendizaje de los estudiantes y residentes.
¿Qué
hacer entonces? Debemos
preguntarnos pues, la necesidad de una entrega de guardia general antes de
realizar la de los servicios o si sería recomendable realizarlo a la
inversa; se podría regular que todos los integrantes que forman parte de
la guardia (incluidos los estudiantes) participen en ella; podría
comenzar en un horario que no interfiera con el inicio del trabajo de los
servicios y lograr una duración no mayor de 15-20 minutos bien
utilizados organizada y preparada adecuadamente por quien corresponda.
Podría, en fin, convertirse en una actividad realmente asistencial y
docente que marque con calidad el inicio de las labores del día en cada
servicio.
Los reglamentos
hospitalarios y las resoluciones docentes protocolizan con especificidad y
claridad la metodología, el contenido, las funciones y los participantes
en las entregas de guardia por lo que se trata de cumplirlos de manera
eficiente y lograr de esta forma sus objetivos de trabajo con los pacientes
ingresados y los objetivos docentes con el personal en formación.
La
comprensión de este problema por todos los responsables y su
solución contribuiría decisivamente en la elevación de la
calidad del trabajo académico de las instituciones hospitalarias y a la
utilización óptima de la educación en el trabajo, piedra
angular de la enseñanza médica en Cuba.
Dr.
Adalberto Fortún Prieto. Especialista de Segundo Grado en Medicina Interna.
Profesor Auxiliar y Consultante. Máster en Longevidad Satisfactoria.
Presidente del Capítulo Pinar del Río de
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