Dr. Pedro Díaz Mendoza, la utilidad de su virtud


Rev. Ciencias Médicas de Pinar del Río. Marzo-abril, 2016; vol 20 (2)

Dr. Pedro Daz Mendoza, la utilidad de su virtud

1923 - 2016

Los mdicos deberan tener siempre llenas de besos las manos, expres Jos Mart para agradecer a quienes practican el noble sacerdocio, y nos atrevemos a aadir que, para aquellos que intervienen en el alumbramiento y toda la atencin al nuevo ser, la veneracin es mensaje eterno de cada madre.

Ante la desaparicin fsica del doctor Pedro Daz Mendoza, tras dcadas de entrega a la Obstetricia y Ginecologa en la provincia, pensamos en tanto agradecimiento disperso por todo el territorio y fuera de este, manifestado o no, que hoy queremos mostrar en Guerrillero, con palabras sentidas de quienes le conocieron y hechos que muestran al eminente hombre de ciencias y gran ser humano.

El doctor Daz Mendoza dej de existir el 19 de marzo, justo cuando el sol llegaba a su zenit, y confi como mejor legado su ejemplo a las muchas generaciones de estudiantes de Medicina, a quienes adentr en su especialidad, en la perseverancia en la atencin a cada caso, la mano extendida a quien llegara en busca de su experiencia y ese orgullo de ser til en su tierra, cuando la mayora de su generacin parti hacia otras.

A su San Luis natal, a la finca Guaynacabo donde naci el 16 de noviembre de 1923, siempre volaban sus recuerdos y pidi que cuando llegara la muerte, quera su reposo en aquellas tierras que vener. As se hizo.

Arrib a los 90 aos activo como mdico, profesor consultado por muchos colegas y asesor del Programa de Atencin Materno Infantil en los ltimos momentos hasta el retiro no deseado, pues esperaba jubilarse solo con la muerte por su gran lucidez y competencia ante casos de su especialidad.

El haber servido mucho obliga a seguir sirviendo; en estos aos he trabajado con fervor y dedicacin, asistiendo a la mujer pinarea y enseando a las nuevas generaciones de ginecobstetras, y as quiero terminar mis ltimos aos de vida aqu en mi Patria, cita esta que extrajimos de la autobiografa del tambin miembro de honor de la Sociedad Cubana de Obstetricia y Ginecologa.

Tambin reconoci nuestro Mart que la Medicina, como el Derecho, es una profesin de lucha y se necesita de un alma bien templada para desempearla con xito, pues las diarias miserias morales y materiales, el combate con la sociedad y con la naturaleza, hace mal a las almas pequeas mientras que es revelacin de cosas altas en almas altas y hermosas.

Sus discpulos y compaeros de trabajo dieron testimonio de su entrega cotidiana cuando fue designado como primer director al triunfo de la revolucin y muestra del legado del profesor que siempre fue en el hospital provincial de maternidad Justo Legn Padilla, una persona maravillosa, modesta, sencilla y muy tica como profesional.

Predicaba con la palabra y cumpla con acciones. Fue de los que se quedaron y se comprometi con la salud de este pas y con la Revolucin; viaj en varias ocasiones a Estados Unidos a ver a su familia pero enseguida regresaba. Se rinde homenaje a un hombre grande de la Medicina cubana y de la Ginecobstetricia.

Graduado de mdico en 1951 ocup una plaza de interno en la Casa de Socorro de Pinar del Ro hasta 1957, que pas a la clnica mutualista Centro Mdico integrado al servicio quirrgico como ginecobstetra y mantena una consulta privada. Pero en esa convulsa etapa para el pas Pedrito, como le nombraban respetuosamente, no fue solo mdico, result detenido en La Habana en 1953 por sus actividades al ser parte del sector profesional del Movimiento 26 de Julio (Resistencia Cvica), guard armas en la finca de su padre en San Luis y cooper en la Huelga de Abril.

Al triunfo de la Revolucin renuncia a su plaza en el Centro Mdico, cierra su consulta particular y la direccin provincial del 26 lo ubica al frente del Hospital Provincial de Maternidad, como su director en 1960 junto a otras responsabilidades asignadas en la entonces Direccin Provincial de Salud Pblica.

De los primeros en incorporarse a las Milicias Nacionales Revolucionarias como mdico de batalln y a los Comits de Defensa de la Revolucin, movilizado en los grandes momentos de octubre y de Girn, orgulloso de haber participado en zafras caeras y cosechas tabacaleras y ser fundador del Partido Unido de la Revolucin Socialista.

Se le reconoce al doctor Daz Mendoza a una persona que siempre regresaba a su origen, con ofertas de trabajo en la capital pero nunca quiso dejar la provincia, y aunque ejerci la medicina privada no la entenda y a muchos trat de forma gratuita.

Fue el ms joven de siete hermanos, su padre era dueo de finca, pero solo tres pudieron estudiar. l estuvo siempre al servicio de la comunidad y enfrent situaciones difciles con valenta y modestia. Sus problemas los resolva solo y no le gustaba ocupar a los dems. Si hay algo que no pudo soportar fue su jubilacin, me deca que la muerte lo encontrara trabajando" .

Fue un ser humano con virtudes muy superiores a los defectos que pudo tener, y en l vale la frase de Mart que asegura que la muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida.

Nunca se quej, pero sufri la negativa del aumento salarial y debi jubilarse. Cada vez que alguien vena le alegraba hablar de su especialidad, ayudar a quienes le consultaban.

Fueron muchos los hechos en nueve dcadas de vida para llenar de besos tan buenas manos, las mismas que sealaron el mejor proceder a tantas generaciones de mdicos pinareos. Al eminente doctor Pedro Daz Mendoza, especialista de segundo grado en Ginecobstetricia, gracias en nombre de tantas familias pinareas.

Versin del Peridico Guerrillero. Por Blanchie Sartorio Daz


Dr. Joaqun Hilario Prez Labrador
Director-editor

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