Enfermedades crónicas no transmisibles, tarea pendiente de la Salud Pública Mundial

Estimados lectores:

Múltiples retos tienen hoy los sistemas de salud, entre ellos destaca la lucha permanente por frenar el saldo negativo que reflejan cada año las estadísticas mundiales como consecuencia del aumento de la morbimortalidad asociada a las enfermedades crónicas no transmisibles.

Este grupo de patologías son la principal causa de discapacidad y fallecimientos en el mundo, está integrado por aquellas enfermedades cuyo origen no tiene como punto de partida una infección aguda y dejan consecuencias para la salud humana a largo plazo.

Las enfermedades cardiovasculares, la Diabetes Mellitus, el cáncer y las enfermedades pulmonares crónicas integran este fatídico conjunto de afecciones que cobra la vida anualmente a cerca de 41 millones de personas cifra que contituye alrededor del 71 % de las muertes que se producen en el mundo. Aunque hoy se incluyen los trastornos de salud mental, son las anteriores las que mayores perjuicios causan.

En la Región de las Américas mueren 2,2 millones de personas por enfermedades crónicas no transmisibles antes de cumplir 70 años. Cada año mueren 15 millones de personas de entre 30 y 69 años de edad; más del 85 % de estas muertes "prematuras" ocurren en países de ingresos bajos y medianos.1

Son las enfermedades cardiovasculares las que hoy provocan mayor cantidad de defunciones estimándose en 17,9 millones cada año, el cáncer secunda la lista con alrededor de 9 millones, en tercer lugar están las enfermedades respiratorias que generan 3,9 millones de muertes y la diabetes 1,6 millones.

El consenso actual gira en torno a la prevención de enfermedades como mejor herramienta para reducir o eliminar algunos factores de riesgo a las enfermedades crónicas no transmisibles como el consumo de tabaco, el consumo nocivo de alcohol, la inactividad física y comer alimentos poco saludables.

Datos recientes evidencian que el tabaco es responsable del fallecimiento de 7,2 millones de personas al año (si se incluyen los efectos de la exposición al humo ajeno), y se prevé que esa cifra aumente considerablemente en los próximos años. Más de la mitad de los 3,3 millones de muertes anuales atribuibles al consumo de alcohol se deben a las enfermedades no transmisibles, entre ellas el cáncer. Unos 1,6 millones de muertes anuales pueden atribuirse a una actividad física insuficiente.

A pesar de estas cifras tan poco alentadoras, las ciencias médicas trabajan por controlar el paso arrollador de estas enfermedades desde el diagnóstico precoz y el tratamiento oportuno, desarrollan nuevos proyectos de investigación en su afán por encontrar procedimientos o terapias más efectivas que garanticen mayor calidad de vida a los pacientes o conseguir la tan anhelada curación.

El reto está planteado, corresponde a las naciones garantizar una mayor inversión en programas de salud, en investigaciones, en proyectos que garanticen de forma permanente la promoción de salud, apoyen la prevención de estas enfermedades y el control de los factores de riesgo modificables. Es vital generar iniciativas públicas apegadas a las necesidades actuales de la población para garantizar una alimentación balanceada, y una concientización sobre la necesidad de evitar estas enfermedades y sus fatales consecuencias.

Notas al pie:
  • No se recibió financiación para el desarrollo de la presente

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Historial:
  • » Recibido: 03/07/2023
  • » Aceptado: 04/07/2023
  • » Publicado : 01/05/2023


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