En la presente investigación el sexo femenino fue el más preponderante. Los autores de la presente investigación consideran que este resultado se debe a que en el sexo masculino predominan muchas malformaciones reno ureterales obstructivas, como la valva de uretra posterior exclusiva del varón, y a pesar de que los niños comienzan con las manifestaciones clínicas de infección urinaria secundaria a obstrucciones por malformaciones en edades de lactante y pre-escolares, las evidencias de fallo renal crónico, por cicatrices renales se manifiestan luego de los cinco años en su mayoría, momento en el que se diagnótica el fallo renal crónico.

Ibarra M y col,¹⁰⁾ en su investigación el sexo masculino fue el más afectado (62,2 %), concordaron con los del presente estudio. No obstante, Iraizoz A y col ¹¹⁾ y López M y col.,¹²⁾ mostraron resultados opuestos siendo el sexo femenino el más perjudicado con un 51,2 % y un 56,7 % respectivamente.

En lo referente a la edad, en la presente investigación predominaron los niños de cinco años o más. Resultado que coincidió con la investigación de Gómez A y col.,⁴⁾ donde estas edades representaron el 63,1 % del total. De igual manera López M y col., ¹² en su estudio refirieron una preponderancia de ERC en niños pre-escolares (28,8 %) y escolares (29,3 %)

En cuanto a las etiologías que ocasionaron la ERC en niños, se observó en el presente estudio una preponderancia del reflujo vesico ureteral y el daño mínimo renal. Los autores consideran que este resultado se debe a que las malformaciones renales y urológicas son las principales causas que conllevan a la enfermedad renal crónica en niños, estas anomalías afectan la estructura y función. Se aprecia disminución del número, ausencia o escaso desarrollo de estructuras renales y compromiso del adecuado riego arterial renal. Además se acompañan de anomalías obstructivas del tracto urinario y si hay presencia bacteriana, se produce la infección, potenciando el daño renal crónico y su progresión. Cabe señalar que estas malformaciones con una adecuada pesquisa prenatal pueden ser prevenidas y evitar la ERC.

De igual forma las glomerulopatías primarias y secundarias, ocasionan proteinuria persistente e hipertensión arterial, lo que hacen progresar en un futuro a un daño renal crónico.

Gómez A y col.,⁴⁾ en su investigación dan a conocer que las malformaciones congénitas fueron las causas más frecuentes con el 75 %, siendo el reflujo vesico ureteral el de mayor frecuencia (53,3 %). El 61 % de los pacientes presentaron glomerulopatías y de ellos el daño mínimo fue el más usual. Estos resultados son similares a lo obtenido en la presente investigación.

Países como los Estados Unidos, Italia, Bélgica y Francia, afirman que las deformaciones renales constituyen un factor de riesgo primordial para el desarrollo de ERC; mientras que otros como Nigeria, pese a que se detectan los defectos congénitos, las causas más frecuentes de esta enfermedad son: las enfermedades glomerulares, las nefropatías tóxicas, la pielonefritis crónica, la nefropatía siklémica, la nefropatía asociada al virus de la inmunodeficiencia humana y la nefropatía diabética. En Iraq, se ha reconocido la glomérulo esclerosis segmentaria y focal; la enfermedad poliquística renal y la cístinosis como causa de ERC en edad pediátrica.¹³

Con respecto a las manifestaciones clínicas, la anemia fue la manifestación más frecuente. Los autores de la presente refieren que son pocos los estudios realizados sobre la anemia y su asociación con la enfermedad renal crónica en edades pediátricas.

Se sabe que la anemia contribuye de forma directa con los estadíos de evolución de la ERC y la misma aparece por un estado inflamatorio propio de la enfermedad renal, la anorexia y dietas restrictivas.

El factor fundamental participante en la anemia sobre la ERC es la disminución de la síntesis de eritropoyetina. Otros factores implicados son: déficit de hierro, déficit de vitamina B12 y ácido fólico. Su frecuencia y severidad está en relación inversa al grado de función renal y suele aparecer a partir del estadío. ¹⁴

Gómez A y col.,⁴⁾ en su estudio muestran que el 46,2 % de los pacientes cursaron de manera asintomática la ERC; mientras Robalino M y col.,¹⁵⁾ la hipertensión arterial fue la manifestación clínica más frecuente en pacientes con enfermedad renal crónica. Estos resultados fueron opuestos a lo obtenido en la presente investigación.

Un estudio ha reflejado que, los niños y los adultos mayores tienen más probabilidades de presentar anemia en la ERC, un caso muy singular se presentó en Paraguay donde el porcentaje de enfermos alcanzó el 77,5 %.¹⁶

En relación con el tipo de anemia más frecuente, en la generalidad de los casos es la anemia ferropénica, la misma se manifiesta cuando el cuerpo no posee la cantidad suficiente de hierro. Existe un alto vínculo de la anemia normocítica normocrómica con la ERC.¹⁷

En lo referente al estadío clínico de la ERC, el tipo II fue el más frecuente. Este resultado concuerda con la investigación de Medeiros M y col.,¹⁸ sobre la prevalencia de enfermedad renal en niños aparentemente sanos con antecedente familiar de terapia de reemplazo renal en un hospital de México en el que un 64,6 % de los niños presentaron un estadío II de daño renal. A nivel mundial, la prevalencia de la ERC en estadío II es de cerca de un 18,5-58,3 por 1 000 000 habitantes.⁷

No obstante, Gómez A y col.,⁴⁾ mostraron en su estudio resultados opuestos a la presente investigación siendo el estadío I de la ERC el más predominante en 120 pacientes (100 %).