Después del Triunfo de la Revolución Cubana, como resultado del desarrollo científico-técnico y social en materia de salud, surge el sistema de formación de especialistas en Cuba. La revisión documental realizada por los autores sobre la formación de los profesionales en la Atención Primaria de Salud (APS), le permitió apreciar que la medicina familiar surge de la medicina general, a partir del siglo XIX hasta inicios del siglo XX.^12,13

La APS, es la estrategia más eficiente para responder a las condiciones de salud del siglo XXI, que demanda una sólida formación de sus profesionales en respuesta a las necesidades de la población. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) reconoce que para avanzar en la APS es necesario que los sistemas de salud cuenten con profesionales capacitados para responder a las necesidades de sus poblaciones.^14,15

En el ámbito internacional comienzan a desarrollarse los programas de posgrado en Medicina Familiar o Comunitaria a finales de la década de 1960, en países como: Gran Bretaña, Estados Unidos y Canadá. En España inician en 1978 con más de 400 programas de residencia, con la intención de brindar servicios de salud con un enfoque integral al individuo como ser biopsicosocial, la familia y la comunidad.^16,17)

En Cuba, como iniciativa del Comandante Fidel Castro Ruz, comienza la medicina familiar en el año 1984, con el Programa del Médico y la Enfermera de la Familia, dirigida a aplicar de forma integral la promoción de salud, prevención, curación y rehabilitación, que propició el surgimiento de la especialidad en MGI, como efectora de la APS en Cuba y sustentada por el quehacer profesional de este especialista, compuesta por un cuerpo de conocimientos propios, basados en el método clínico, el método epidemiológico y el social, lo que ha fortalecido el enfoque social de la medicina.^{18,19,20,21,22)}

Este especialista debe cumplir procesos integrales de atención a la salud desde un perfil amplio con alto compromiso humano y social. De la adquisición, renovación o profundización de los conocimientos y habilidades profesionales en correspondencia con el desarrollo científico tecnológico en las ciencias médicas, así como de los valores éticos de este profesional, depende el cumplimiento de su encargo social.^23,24,25

La formación del especialista en MGI en Cuba, es un proceso riguroso que prepara a los médicos para brindar una atención primaria y comunitaria de excelencia. Este proceso ha conducido a cambios significativos en el Sistema Nacional de Salud (SNS), lo que demanda un análisis profundo, detallado y permanente de sus componentes para garantizar un egresado con alta calidad científico-técnica y humana.²⁶

Las exigencias actuales en la formación de los profesionales demandan el mejoramiento de las habilidades para el ejercicio de la profesión, cuyo desarrollo debe encontrarse previsto en el contenido del PEA y estar en correspondencia con los modos de actuación profesional, el alto nivel de sistematicidad permite su apropiación y la resolución a los problemas propios de la profesión.²⁷

Las habilidades profesionales se insertan dentro de las específicas, y son el tipo de habilidad que el sujeto desarrolla en su interacción con un objeto de estudio o trabajo concreto. Para lograr el desarrollo de habilidades profesionales es preciso garantizar la adquisición e integración de los conocimientos teóricos, la ejercitación y sistematización de la acción y la automatización de las operaciones siguiendo un orden lógico y secuenciado, determinar la frecuencia, periodicidad y grado de dificultad, así como la dirección del proceso por parte del profesor o tutor.²⁸

El perfil profesional del especialista en MGI está dirigido a la APS y su principal escenario de formación está en la educación en el trabajo referida a la formación del residente desde las actividades prácticas, asociadas a otras formas organizativas que permitan profundizar y consolidar los conocimientos, habilidades, destrezas, valores y conductas profesionales adquiridos de la práctica atencional. A través de ella se logra el vínculo del estudio con el trabajo y la teoría con la práctica, cuyo escenario docente son todos los servicios de salud y la propia comunidad.²⁹

Mediante el método histórico lógico y la revisión realizada a los documentos que sustentan la formación del especialista en MGI en Cuba, se establece la cronología en la que se desarrolló el mismo. Desde 1985, que comenzó la especialidad en MGI, se ha modificado el programa de formación en cinco ocasiones, en los años 1990, 2000, 2004, 2018 y 2024. Estos programas de estudio se fundamentan en la integración docente, asistencial e investigativa y cada uno de ellos ha tenido elementos significativos en relación con el desarrollo de habilidades profesionales que a continuación se describen.³⁰

El primer programa formativo (1985), tuvo una duración de tres años, la denominación del tema y los procederes se incluían en el plan temático, predominan como formas organizativas las conferencias y los seminarios, el contenido estaba centrado en la atención al individuo, carecía de enfoque integral y contenía numerosos cursos complementarios. El proceso de formación y el desarrollo de las habilidades profesionales estaba orientado al proceso de salud-enfermedad, dirigido a las actividades de promoción y prevención, prevalece atención ambulatoria, la independencia cognoscitiva, la solución de problemas higiénico-epidemiológicos y la despenalización.^31,32

El estudio realizado al programa de 1985, permite a los autores coincidir con lo señalado por otros autores como López, y Delgado et al, al señalar que el modelo del especialista, está planteado en tres dimensiones: social, ocupacional y profesional. La dimensión profesional define cuáles son las funciones a desarrollar y los conocimientos, las habilidades y los valores que expresan su competencia; se reconoce como limitación la inexistencia de procedimientos que orienten a los profesores en el desarrollo de cualidades en los profesionales en formación y carencia de integración de los ámbitos individuales, familiares y sociales al abordar los problemas de salud.^13,32

Con la versión de 1990, se inicia el sistema modular; cada módulo contenía objetivos, habilidades específicas y conocimientos con un enfoque integral y multidisciplinario; se eliminaron los cursos complementarios y se determinan el perfil político-ideológico y el perfil profesional donde se incluye la relación de obligaciones funcionales.³³

Otra de las transformaciones al programa se manifestó en la disposición de los principios científicos-pedagógicos como reguladores del PEA. Las discusiones de casos o problemas de salud fueron incorporadas¸así como los talleres y el intercambio semanal como formas de la organización de la enseñanza, lo que favorece la integración de los conocimientos y el desarrollo de las habilidades profesionales. A partir de este programa se inicia la asignación de tutores a los residentes y la formación en escuelas y centros de trabajo.^13,34

El programa de 1990, tuvo un enfoque sistémico para el desarrollo de habilidades profesionales y la formación integral. Precisa la selección del conocimiento del que se debe apropiar el residente y el desarrollo del pensamiento creador y productivo, enfatiza en el uso de los métodos productivos como el de enseñanza problémica y el trabajo independiente, asociados a la aplicación del método clínico y epidemiológico. ^(13,33,34

En el curso de 1999-2000 se edita por tercera vez el programa, en esta versión el sistema modular se mantiene, pero se excluye el sistema de habilidades. El contenido se estructura por áreas y cada una integra los módulos relacionados entre sí según corresponde. Cada enfermedad relaciona las acciones específicas de promoción, prevención y rehabilitación que se deben desarrollar. Los módulos de urgencias médicas, medicina natural y tradicional y metodología de la investigación son introducidos. Se eliminó el perfil profesional, la formación en escuelas y centros de trabajo y el intercambio semanal, pero se mantiene el modelo del egresado, declarado en el programa del año 1990. ^(13,22,33)

En el año 2004 se implementa la cuarta versión del programa, con una reducción a 2 años, se mantienen los módulos, la estrategia docente y se introduce el perfil profesional nuevamente, con la declaración del sistema de habilidades (61 específicas). Además, se incorporan las funciones especiales; así como otros módulos y cursos que se organizan paralelamente al resto de las actividades, entre ellos: adulto mayor, nutrición, electrocardiografía y genética médica.^{( 13,33,34)}

Los autores coinciden con Ramos R,¹² al plantear que dicho especialista debe poseer la capacidad de combinar conocimientos y habilidades, para el ejercicio de una medicina preventiva, transformadora y desarrolladora; así como la capacidad de gestión de la atención médica integral, enfocada en la promoción y la prevención en salud, con integración de acciones preventivas, curativas y rehabilitadoras, para lograr transformar el estado de salud de la población según las demandas sociales existentes.

El programa formativo del 2018, se diseñó en tres años de residencia y contempla durante su desarrollo: estancias y cursos, se definen siete áreas con objetivos generales y por años, además de competencias y habilidades profesionales. Cada área se divide en cursos y a su vez cada uno se fragmenta en unidades temáticas. Se definieron 33 cursos, de ellos 29 corresponden a la función de atención médica.

Se determinó un incremento de las horas de estancias hospitalarias, lo que favorece la formación y el desarrollo de las habilidades profesionales vinculadas con la atención a enfermedades que no se manejan con frecuencia en el nivel primario de atención.^35,36,37

En el presente año se rediseña el programa y se decide el cambio de nombre de la especialidad de MGI a Medicina Familiar. El modelo del especialista se estructura en dos partes que forman un integratum, el aspecto ético-humanista y el perfil profesional. Su fundamento se basa desde el punto de vista pedagógico en el enfoque histórico-cultural, que le otorga un carácter orientador al objetivo de enseñanza, para a partir de ahí determinar y desarrollar el resto de los componentes didácticos; el residente es sujeto de su propio aprendizaje bajo la guía del tutor como orientador del aprendizaje.³⁸

Este programa formativo, es muy similar al anterior, mantienen las cinco funciones básicas: de atención médica integral, de investigación, docente y educativa, de administración y las especiales. La atención médica integral es la función profesional rectora y el eje del PEA que involucra el conjunto de servicios y recursos que intervienen sistemáticamente en la promoción de salud, prevención, curación y rehabilitación de las enfermedades.³⁸

El sistema de objetivos expresa las habilidades que debe apropiar el residente y de ahí se deriva el sistema de contenidos a impartir, cuya estructura didáctica es el sistema modular que contiene las unidades modulares con integración de los conocimientos de distintas ciencias. El objetivo principal del PEA es lograr la adquisición, el desarrollo o la reorganización de los conocimientos, habilidades, hábitos, convicciones, actitudes y otras propiedades y rasgos de la personalidad en los residentes en correspondencia con los modos de actuación profesional.³⁸

Los autores consideran importante señalar que para lograr la apropiación de los contenidos, el desarrollo de las habilidades profesionales y capacidades para el desempeño en el medio laboral es necesario el fortalecimiento de los programas de enseñanza.

Varios autores de la pedagogía cubana, entre los que se citan, Arboleda,³⁹ García et, al.,⁴⁰ Mena et al.,⁴¹ Rodríguez et al.,⁴² del Llano et al., ⁽⁴³ han abordado el componente contenido e insisten en la adecuada concepción de la vinculación teoría-práctica directamente con los problemas que caracterizan el objeto de la profesión, como elemento fundamental para la apropiación por los educandos de los contenidos profesionales, lo que implica una relación armónica entre los conocimientos teóricos y las habilidades o conocimientos instrumentales.

El posgrado es un proceso que atiende problemas profesionales múltiples y complejos, posee una dimensión de multiproceso; con un fundamento multidisciplinario, interdisciplinario y transdisciplinario en correspondencia con el desarrollo científico-técnico y económico-social del país. Además, permite transformar el proceso educativo, en activo y dinámico, ofrecer una enseñanza multifuncional para que los educandos se apropien de los conocimientos y habilidades necesarios para solucionar los problemas que se presentan en la práctica profesional.^44,45

En el proceso de formación del especialista en MGI, se reconoce al profesional como gestor de su propia formación con la guía del tutor o del profesor a través de alternativas didácticas vinculadas a la actividad que desarrollan en su profesión. En este sentido, al estudiar la formación del especialista en MGI, los autores consideran que en este residente se debe potenciar: