La brigada médica cubana en Bolivia y la Salud Familiar Comunitaria Intercultural (SAFCI)

Magaly Gort Hernández

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Resumen

Estimado Sr. Director:

Desde el 2007 Cuba mantiene una brigada médica estable en Bolivia,  cuya misión ha sido trabajar por la salud del pueblo boliviano. En el altiplano donde las cuatro estaciones se mezclan con una cultura andina legendaria,  a una hora de la Paz existe un municipio llamado Patacamaya, y en él labora una brigada integrada por cinco cooperantes de diversas provincias cubanas, con la misión de proporcionar a la población asistencia médica integral, completa oportuna y de calidad, en la promoción, prevención, recuperación, rehabilitación, así como formar parte de los escenarios docentes de formación del médico latinoamericano con servicios que se interrelacionan estrechamente con la comunidad, con la visión de brindar una atención de excelencia al pueblo boliviano.

En su quehacer diario la brigada ha enfrentado situaciones interesantes como confraternizar con la cultura andina en todas sus manifestaciones: dialectos, costumbres y creencias que han hecho muy compleja la misión de salud de la brigada.

El hombre andino habla en dialecto aymara, suelen reunirse para acullicar (chachar, mascar) hojas de coca,  le temen al cari cari (espíritu maligno), y confían en la medicina ancestral (laicas) y naturista (herbolaria, parteras) tanto o más que en la medicina biomédica, por lo que el ministerio de salud boliviano ha ido implementando la política de salud familiar comunitaria intercultural (SAFCI), para contextualizar los servicios de salud acorde a las características culturales de cada contexto.

En el Hospital Boliviano Español de Patacamaya se han dado pasos agigantados sobre todo en la implementación de estrategias en salud materno-infantil, con el objetivo de reducir la mortalidad materna y neonatal disminuyendo además el parto domiciliario,  promoviendo la atención conjunta de parteras y personal de salud, construyéndose espacios o salas de atención al parto con adecuación cultural, donde la paciente llega con su partera y es atendida en una habitación similar a su casa, con cama, recipientes para mate, presencia de la familia, y si en el transcurso del parto se presentara alguna complicación, es llamado el profesional biomédico que junto a la partera culminan la atención a la parturienta.

Desde esta perspectiva, la brigada médica cubana en el altiplano boliviano se ha sabido integrar a la experiencia de la interculturalidad, donde se reconocen, aceptan y valoran los saberes, conocimientos y prácticas de la población  y de los médicos tradicionales, buscando articular, complementar y reciprocar las capacidades de todos estos actores.

Desearía en este 30 aniversario de las revistas médicas pinareñas después del triunfo de la Revolución, me permita como estímulo de reconocimiento a los que durante esos años han trabajado por la ciencia desde Pinar del Río, que esta experiencia fuera compartida con los colegas cubanos y de otras nacionalidades que también hacen su aporte por el bienestar de muchos pueblos a través de la colaboración médica cubana.


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