Señor director:

Para definir apoyo social se debe delimitar primeramente la red social, que se caracteriza como un conjunto de relaciones humanas que tienen un impacto duradero en la vida de cualquier persona.¹ De donde se emana el capital social y el apoyo social.²

El concepto de apoyo social emerge del interés por comprender las interacciones sociales y la tendencia a buscar la compañía de otras personas, especialmente en situaciones estresantes en el transcurso del ciclo de vida.¹

En la actualidad esta temática cobra una importancia cimera dados los resultados de estudios que muestran cómo la población en Cuba presenta altos índices de envejecimiento poblacional y su progresión en tal sentido en los próximos años, convirtiendo al país de mayor proporción de adultos mayores en Latinoamérica, lo cual traerá numerosos retos para las diferentes esferas de la sociedad, en especial, para la Salud Pública.³

Sin lugar a dudas, el papel de la familia constituye uno de los recursos más importantes del adulto mayor (AM), se ocupa de prestarles atención directa,³ sin embargo, centrar el apoyo social a la población geriátrica solo en la familia es errado puesto que un componente fundamental para el desarrollo del bienestar individual son los recursos comunitarios, que responden a las necesidades y momentos de transición dentro del proceso de desarrollo en cada sujeto.⁴

La participación social es considerada uno de los factores protectores para la salud y la funcionalidad del adulto mayor, junto con el estilo de vida, el apoyo familiar, el nivel educacional, función física y mental, apoyo económico, estado y tipo de enfermedad, algunos autores consideran las actividades de recreación, lectura, salidas al cine y de cultura.⁵

Se requiere de acciones multidimensionales, intersectoriales y multidisciplinarias que brinden un apoyo social al adulto mayor:

Recursos comunitarios: encaminados a favorecer la inclusión social del AM, promover al máximo la capacidad funcional, además de fortalecer los vínculos entre los servicios de salud, recreativos, deportivos y culturales. Participar de grupos de apoyo, programas participativos, talleres para cuidadores y de autocuidados, programas de prevención de salud local.

Atención primaria de salud: identificar por los equipos básicos de salud y grupos básicos de trabajo de forma oportuna mediante la pesquisa y dispensarización, las familias que presentan adultos mayores, evaluarlos de una forma integral desde el punto de vista psicológico, biológico y social con todos los profesionales en estrecha comunicación, reconocer la autonomía del AM, brindar una atención centrada en la persona, incrementar las acciones de promoción y prevención de salud con el objetivo del diagnóstico oportuno y prolongar la aparición de los síndrome geriátricos.

Socioeconómico: se debe evaluar la independencia económica, la solvencia de sus necesidades básicas, evaluar los gastos que generan su alimentación, medicamentos y servicios para su cuidado y evitar los que sean innecesarios, incentivar en los modelos de gestión económica sostenibles proyectos encaminados a prolongar la salud del adulto mayor (deportivos, espacios culturales y recreativos).

Desarrollar nuevas posibilidades multidimensionales que faciliten el potencial integral de AM, redimensionar su rol en la sociedad, por toda una experiencia de vida, con el propósito de minimizar los riesgos, promover la autonomía personal y contribuir en el mejoramiento de la calidad de vida de este grupo poblacional.⁶

Cuba es ejemplo de la atención al adulto mayor al fortalecer continuamente las acciones legales, sociales y de salud con el fin de lograr mayor bienestar y capacidad funcional para un envejecimiento saludable. De ahí la necesidad de continuar abordando estas temáticas tan complejas en un escenario social y económico variable como el actual.